Le proporcionamos una piel suave y resplandeciente produciendo una solución permanente a su acné. El tratamiento precoz del acné es importante para obtener los resultados más fáciles y rápidos.
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El acné, una de las enfermedades cutáneas más comunes, suele comenzar durante la adolescencia y, si no se trata, puede dejar cicatrices permanentes. Aparece en áreas de la piel con alto contenido de grasa y se manifiesta en forma de espinillas rojas, puntos negros, y protuberancias. Aunque suele aparecer durante la adolescencia, entre los 12 y 18 años, es una enfermedad que puede afectar a personas de cualquier edad, tanto mujeres como hombres, con una prevalencia en la sociedad que supera el 80%. Durante la adolescencia, la cantidad de grasa debajo de la piel aumenta y las glándulas sebáceas se ven afectadas. Esto provoca la aparición de inflamación y protuberancias rojas en la piel, siendo más común en la cara, pecho, espalda, cuello y hombros. Especialmente, los granos en la cara, si no se tratan, pueden dejar cicatrices o persistir a lo largo de la vida, afectando negativamente la apariencia física y la psicología de la persona.
Es una enfermedad que se presenta con poros obstruidos (puntos negros y blancos), bultos rojos, bultos inflamados y quistes en las capas profundas de la piel. Muchas personas tienen acné durante la adolescencia, siendo más común en la zona de la cara, especialmente en la frente y las mejillas, y en segundo lugar, en la espalda y el pecho.
El tratamiento del acné comienza identificando las causas que desencadenan la formación del acné y seleccionando un método que se dirija a esas causas. El método aplicado varía según la estructura de la piel de la persona, por lo que se aplican métodos de tratamiento personalizados.
Entre los medicamentos utilizados en el tratamiento del acné se encuentran los retinoides, antibióticos, peróxido de benzoilo, ácido salicílico y anticonceptivos orales. Estos medicamentos pueden regular la producción de grasa, limpiar la piel y ayudar a mejorar las lesiones de acné al reducir la inflamación.
Después del tratamiento del acné, el cuidado de la piel puede ayudar a equilibrar la piel nuevamente y reducir las cicatrices. El uso de humectantes, protector solar y la elección de productos adecuados para la sensibilidad de la piel pueden influir positivamente en los resultados del tratamiento.
Si el tratamiento del acné no se controla con métodos de cuidado en el hogar o si el acné es severo, es importante buscar ayuda profesional de un dermatólogo. El dermatólogo puede establecer un plan de tratamiento efectivo específico para su tipo de piel y abordar las lesiones de acné de manera eficaz.
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